sábado, 27 de abril de 2013

EL DERECHO A DECIDIR

EL DERECHO A DECIDIR


La controversía sobre el derecho a decidir es un tema que está en boca de todos.
Recientemente aún más porqué de nuevo un partido político (el gobernante PP) pretende cambiar la ley del aborto con el fin de ajustar la sociedad a la visión y valores de su partido.
¿Deben los individuos decidir y regir su futuro o debe un colectivo o entidad superior decidir lo que es mejor para la mayoría?

Éste es un debate con múltiples opiniones que me gustaría llevarlo al terreno veterinario puesto que nos enfrentamos a él a menudo.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado con un perro a eutanasiar  al que le quisiéramos dar otra oportunidad más?¿Cuántas veces hemos intentado convencer al propietario de ese tratamiento que necesita su mascota para salvar la vida y éste no ha querido seguirlo? Como profesionales y prescriptores tenemos la necesidad y obligación de aconsejar siempre en beneficio de la salud de la mascota. Con nuestra opinión y explicaciones solemos aportar al propietario una valiosa ayuda en su toma de decisión.
Pero no siempre nos hacen caso, y el resultado es a veces contrario a nuestros deseos, pero no hay que olvidar que la tenencia responsable y legal recae exclusivamente sobre el propietario. Aunque no nos agrade debemos aceptar sus decisiones.

Pero ¿qué pasa cuando esas opiniones van más allá de una mera opinión y chocan directamente con nuestros valores? Un ejemplo: hace unas semanas  hubo el caso de un Stadforshire que su agresividad le había llevado a los límites de matar ya a tres perros; el dueño cansado de dicha agresividad extrema decidió eutanasiarlo. Nuestros principios como veterinarios nos guiarán a no matar nunca un perro sano sin patología alguna. Nos podemos oponer a que el propietario ejecute ciertas decisiones como ésta y negarnos a formar parte de su decisión (aunque otro veterinario lo hará sino probablemente). Pero tú, como profesional, has ejercido tu derecho a decidir como obrar, y el propietario como tal ha ejercido su derecho a decidir el futuro de su mascota.

 Casos similares nos encontramos con temas tan contraversos como son la esterilización o la cría de animales. En estos casos, no hay término medio y estas a favor o en contra siendo los pensamientos y valores de los defensores de cada bando antagónicos, propiciando incluso la aparición de grupos sociales directamente enfrentados.
¿Acaso vería bien una persona a favor de la cría de perros que un defensor de los animales le asaltase una casa y robase los animales sólo porque el recinto de cria donde estos están no comulga con sus ideales o simplememente no es de su agrado? Posiblemente un defensor de los animales sí. ¿O que tu vecino decidiera esterilizar tu perro o gato porque no viera bien lo contrario?
Cuando los valores y maneras de pensar chocan con las de otros, el ser humano tiene una tendencia natural a imponer o hacer valer sus principios (veánse los choques culturales o religiosos).  

Cómo veterinarios jugamos un rol muy importante y es el de la conscienciación e información para cohesionar la sociedad y sus prácticas. Contamos con mucha información y conocimientos para lograr convencer con argumentos al propietario (eso sí, si incumple la ley, es nuestro deber denunciar ya que ésta es de obligado cumplimiento para todos). Pero lamentablemente no podemos decidir por él y deberemos respetar las decisiones que tome, siendo nosotros siempre fieles a nuestros principios y valores. No olvidemos que ello además formará parte de la imagen que proyectará y la marca de nuestra clínica.

"Todo hombre tiene derecho a decidir su propio destino" 
 Bob Marley.

"No trateis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino"
William Shakespeare.

"Un hombre tiene que escoger. En esto reside su fuerza: en el poder de sus decisiones"
 Paulo Coelho.

¿El camino que se elige es siempre el correcto? Lo correcto está en la elección, no en el acierto
Jorge Bucay